
Tiempo que en cuestión de segundos -o lo que dura un abrir y cerrar de ojos- me obligase a reflexionar sobre si hace tanto calor como para pedir un café con hielo que tanto extraña a los italianos, o que acabe cometiendo un leve desliz y pida otra bebida que no sea mi favorita.
Es curioso porque esto me pasa siempre con alguien , aunque no precisamente por el tiempo. Y es una lástima que una no pueda elegir a las personas a la carta para que formen parte de su menú diario de manera incondicional. Sería lo ideal.
El tiempo y su doble moral...el tiempo y su azar. Este azar que me tiene perdida absolutamente,dando vueltas en el mismo circulo y andando con paso firme, aun sin saber realmente a dónde me dirijo. Es la historia de siempre, en la que acabo en el mismo punto de partida de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario